Disfruta de la Navidad sin excesos: cómo cuidar la alimentación durante las fiestas

La Navidad es, sin duda, una de las épocas más esperadas del año. Llegan los reencuentros familiares, las sobremesas infinitas y las comidas que se convierten en auténticas celebraciones. Y es que disfrutar de una buena mesa —y de una mejor compañía— es uno de los grandes placeres de la vida.

Ahora bien, entre dulces, salsas y brindis, es fácil dejarse llevar y terminar las fiestas con una sensación de pesadez o con la energía más baja de lo habitual. Por eso, en MGC Mutua queremos compartir algunos consejos para vivir estas fechas con salud, equilibrio y, sobre todo, con disfrute.

Saborear con conciencia

Comer bien en Navidad no significa renunciar a los platos tradicionales, sino disfrutarlos con moderación y atención. Escuchar al cuerpo, reconocer cuándo está satisfecho y comer despacio son gestos sencillos que marcan la diferencia. A menudo, más que la cantidad, lo que nos pasa factura es la rapidez con la que comemos.

Preparar el cuerpo antes de las fiestas

Durante los días previos, mantener una alimentación equilibrada —rica en frutas, verduras, legumbres y pescado— nos ayuda a llegar con el organismo más regulado y menos propenso a los excesos. También conviene no presentarse en las comidas festivas con hambre extrema: una ensalada, un yogur con fruta o una crema ligera antes de salir de casa bastan para llegar con más serenidad a la mesa.

Pequeños cambios en la cocina

Podemos cuidar lo que comemos sin perder el sabor ni la tradición. Sustituir la mantequilla por aceite de oliva, reducir la sal y el azúcar, o apostar por el horno en lugar de la fritura son opciones que suman salud sin restar placer.

Además, los productos de temporada —como las alcachofas, los cítricos, los pescados blancos o el marisco— nos permiten preparar platos equilibrados, frescos y muy festivos.

Dulces y brindis, con moderación

No es necesario eliminar los postres típicos: un buen turrón artesano o unos barquillos de calidad pueden tener su lugar en una comida equilibrada si los disfrutamos sin exceso. Y en cuanto a las bebidas, un brindis con vino o cava siempre es bienvenido, pero conviene alternarlo con agua y evitar los refrescos azucarados.

Mantenerse activo también es celebrar

Después de las comidas, dar un paseo, jugar con los niños o moverse un poco ayuda a favorecer la digestión y a mantener el equilibrio físico y emocional. Y si algún día nos excedemos, no hace falta compensarlo con dietas estrictas: basta con retomar la rutina saludable, priorizando los alimentos frescos y naturales.

Cuidarse también es disfrutar

La Navidad es tiempo de compartir, disfrutar y agradecer. Comer con atención, sin prisas y con gratitud es una forma de cuidar de nosotros mismos y de quienes nos rodean. Este año, celebremos la vida con equilibrio y salud, para empezar el nuevo año con energía, bienestar y alegría.